jueves, 8 de abril de 2010

Esa estúpida estatua...


Una estatua que se mueve, éso es. Una estatua que se alza sobre un pedestal de kilómetros, años luz.
Luego la ves de pasada y sueñas con ella. Consigues retenerla ante tí unos minutos, unas horas, unos días...Te exalta su belleza, las vetas del metal de su piel, los quejidos del tiempo en su superficie, el verde del bronce oxidado, esos ojos vacíos que sólo se ríen de tí, con un misterio tan infinito...

Pero ya sabemos cómo son las estatuas, la importalidad las hace impacientes. Entonces se val deslizándose, leeeeento, muy lento, hasta desaparecer.

Y es cuando piensas "Bah, no era para tanto". Piensas que el mundo está plagado de estatuas mucho más grandes, más pulidas, más majestuosas ¡¿Porqué entonces te habría de gustar una estúpida estatua que se mueve?! ¡Todo el mundo sabe que las estatuas no deben moverse!

Así que te deja de gustar. No, no te deja de gustar, ¡LA ODIAS! ¡Es una horrorosa, incostante y absurda estatua móvil!

2 comentarios:

  1. Bobiña, leo tu blog de vez en cuando pero no comento cuando no estoy inspirada.. :(

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  2. A ver cuando actualisas, fursiaaaa jaajja

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Perdonen que no me levante