domingo, 2 de agosto de 2009

Buenos días, princesa





A veces te sientes tan lleno de sentimientos que podrías explotar. Tienes ganas de gritarle al mundo, de exteriorizar todo lo que por A o por B tuviste que ocultar algún día. Después de pasarme la tarde de ayer cantando a voz de grito por toda mi casa (pobres vecinos), de retorcerme las manos o simplemente de sentirme completamente viva, decidí que tenía que hacer algo.


Por que vivir, sí, vivir, es algo que nos pasa automáticamente. En lo que hacemos está la diferencia, el motivo.


Esos motivos se encuentran fácilmente allá por donde miremos. En una película, en un libro o en un recuerdo...


Y estos, aunque a veces se vuelven dolorosos o se retuercen en nuestro cerebro queriendo escapar del pasado sin que les sea posible, son lo que nos hace más vivos y a la vez más muertos.


Porque recordar en gran medida es morir. Esa persona de ese momento ya no existe ni volverá a existir. Y muchas veces, recordar nos hace vivir en otro momento en el que no nos corresponde estar, y nos sentimos tan desprendidos que nuestra alma no se vuelve a reencontrar.


Espero que este blog ayude a mi alma a hacerlo, que me dé un motivo...que me diga, cada mañana, "Buenos días, princesa" (La vida es bella).